El uso de una Secretaría de Estado, un partido, un cargo público para saltar a un puesto más alto y obtener mayores beneficios, es decir, convertir el servicio público en un trampolín político, es un fenómeno viejo, una costumbre tradicional en la política mexicana; aquí el funcionario público pierde su carácter de servidor, aunque tal vez conserve lo de “público”.
La historia de los últimos 100 años en nuestro país está llena de ejemplos de este trampolinismo; y a riesgo de quedarnos algo cortos, nuestro Reporte Especial se refiere en esta ocasión a esta práctica en la Secretaría de Educación Pública (SEP), institución que ha servido a políticos de larga trayectoria o a aquellos que recientemente arribaron a la escena para saltar a cargos públicos más altos.
El fenómeno se hizo notorio en el transcurso del sexenio que expira, cuando tres políticos ocuparon el cargo de titular de la SEP, dos de ellos se trampolinearon y probablemente haya una tercera Secretaria saltando hacia otro cargo. Antes de que finalice el sexenio, ya fue designado el futuro Secretario para esa importante cartera: el actual dirigente del partido Morena, Mario Delgado, quien pronto se retirará de su liderazgo partidario para “atender” la educación de niños y jóvenes de todo México.
Desde el anuncio de su designación se han levantado voces de expertos en el tema educativo y de analistas políticos que expresan serias dudas en contra de este nombramiento. En primer lugar argumentan que el asunto educativo nacional requiere la participación de verdaderos pedagogos, no de políticos ajenos al problema. En segundo lugar, que el cargo más alto de la SEP no debe ser un premio o un pago por servicios político-electorales. Finalmente, que la educación no debe convertirse en un mecanismo para dar continuidad a un partido o a un gobierno, ni siquiera el de la “Cuarta Transformación”.
Pero nuestro Reporte Especial no sólo habla del trampolinismo en la SEP, también hace un esbozo de problemas muy agudos que afectan a estudiantes y maestros, como el hecho de que en el sexenio de AMLO haya desaparecido la evaluación educativa que hace años existía. Los maestros hablan de la falta de un programa de formación docente; de la falta de análisis de los efectos nocivos de la pandemia de Covid-19 sobre la educación y el aprovechamiento de jóvenes y niños; y también critican la política usual de este gobierno de querer solucionar todos los problemas repartiendo pequeñas sumas de dinero en lugar de mejorar el proceso educativo.