Esta novela tiene como escenario el tercer periodo de gobierno del general Charles de Gaulle, en Francia, en los años 60; pertenece al género político-policial y se sustenta en un hecho histórico: la disputa entre los mandos de mayor jerarquía del ejército francés por el control del Estado Mayor Central (EMC). Un grupo formaba parte de la Organización del Ejército Secreto (OAS), de filiación ultraderechista que colaboró con los nazis en la Segunda Guerra Mundial y se opuso a que De Gaulle reconociera la independencia de Argelia en 1962; y otro, centrista, se alineaba en torno a éste.
Pero el libro de John Ralston Saul (Otawa, Canadá, 1947) no tiene como principal objetivo describir este episodio histórico, sino las prácticas delictivas a las que recurrieron dos generales y un político para satisfacer sus ambiciones de poder, entre las cuales se hallaban el asesinato, el saqueo económico y el espionaje. El personaje central es Charles Ailleret, militar oportunista que lo mismo había militado en la OAS que en el gaullismo, en cuyo ámbito había logrado la jefatura del EMC, desde la que aspiraba a controlar las tres armas (tierra, mar y aire).
En el frente enemigo se hallaba el general Pierre Dehal, quien al mando de un grupo de militares y civiles igualmente codiciosos estaba dispuesto a todo para impedírselo, incluido el sabotaje que provocó la caída del avión en el que Ailleret volaría a París desde la isla Reunión, en el archipiélago de Malasia. El “accidente”, en el que murieron otras 18 personas, ocurrió apenas unos segundos después del despegue y en su comisión participaron un técnico de mantenimiento y Philippe Courman, jefe de una “empresa” de espías y matones profesionales que le había permitido acceder a una curul en la Asamblea Nacional de Francia.
En la novela, la tragedia aérea no fue investigada por el gobierno de De Gaulle y, salvo un homenaje póstumo rendido a las víctimas en el Arco del Triunfo, fue acallada por la prensa como si jamás hubiera ocurrido. De ella se ocuparía años después Charles Stone, periodista británico que se propuso descubrir a los responsables del complot, logrando su objetivo mediante el descubrimiento de una carta en la que Dehal pide a Courman la ejecución del sabotaje. Esta misiva sería la prueba más contundente de su investigación periodística, misma que se publicaría en un diario de Londres.
Pero Stone no disfrutaría de su éxito; cuando se disponía a cruzar el Canal de la Mancha junto con Melanie Vincens, la viuda de Ailleret, fue asesinado por uno de los sicarios de Courman. Al final de la novela, Dehal no llega a la jefatura del Estado Mayor Central, pero su socio, Courman, vuelve a los escenarios públicos en 1974, después de mantenerse oculto durante el gobierno de Georges Pompidou, quien sucedió a De Gaulle en la presidencia de Francia.