Más de 200 habitantes de la comunidad de San José del municipio de Amatenango de la Frontera emprendieron la huida hacia el territorio guatemalteco, con lo poco que tenían a la mano; esto debido a que un grupo del crimen organizado arribaron al poblado y saquearon sus hogares.

Por primera vez en tres años desde el inicio de la narcoviolencia en Chiapas, familias enteras han sido obligadas a abandonar el territorio mexicano, dejando atrás sus pocas pertenencias, animales de traspatio y cultivos para adentrarse a las aldeas Perla Escondida y El Oaxaqueño de la municipalidad de Cuilco, en el Departamento de Huehuetenango, Guatemala.

Hombres, mujeres, niños, niñas y personas adultas mayores emprendieron el éxodo para huir de la narcoviolencia que azota a diversas comunidades de Amatenango de la Frontera y otros municipios de la región Fronteriza y Sierra Madre de Chiapas.

Medios guatemaltecos han señalado que el número de desplazados oscila entre 150 y 300 personas, ya que a los del Barrio San José se les unieron pobladores de rancherías vecinas en el éxodo.

Por su parte, la gobernadora de Huehuetenango, Elsa Hernández, expresó su preocupación por el riesgo que esta situación representa para la población guatemalteca; asimismo, informó que han instrumentado un plan de seguridad denominado “Cinturón de Fuego”, que cuenta con la brigada militar y la Policía Nacional Civil para proteger a los ciudadanos.

Además, hizo un llamado a la población, ONG y otras instituciones para brindar apoyo humanitario, estimando que alrededor de 300 personas se encuentran refugiadas y necesitan albergues, alimentos y medicamentos.

Finalmente, lamentó la falta de pronunciamiento de las autoridades mexicanas para proteger a sus ciudadanos en Chiapas y mencionó que habilitarán escuelas como albergues, dada la gran cantidad de población desplazada que está cruzando hacia Guatemala.