Vecinos de las colonias Diego Rojas y Nuevo Progreso han perdido parte de su patrimonio por la inundación, que aseguran, fue provocada por las obras del Tren Maya, ya que alteraron el curso natural del agua y crearon un dique que ha impedido el drenaje natural.

"La propiedad está destrozada, el agua estaba a 70 centímetros a nivel del piso. Todo se perjudicó: electrodomésticos, albercas, césped, plantas, bombas de filtración, generador de luz, puertas de madera, autos. Estamos sumamente afectados y nos sentimos abandonados", lamentó en entrevista con Reforma Humberto Corona, residente de Bacalar.

De acuerdo con las declaraciones, Humberto Corona se mudó de Toluca, Estado de México, a Bacalar en Quintana Roo para abrir un hotel, pudo ingresar a su propiedad hasta el miércoles 17 de julio y sólo para encontrarla devastada.

Indicó que la zona en la que se ubica su propiedad no está considerada de riesgo según las escrituras y la licencia municipal, por lo que nunca había experimentado inundaciones incluso durante lluvias intensas.

"La gente que lleva viviendo en Bacalar 20, 30 años te lo dice: 'jamás había sucedido'. Fue el Tren Maya", comentó.

Agregó que las inundaciones empezaron de manera súbita una semana antes de la llegada del huracán "Beryl", que agravó aún más la situación, ya que el agua superó los dos metros de altura, cubriendo completamente el primer piso de algunas viviendas.

Asimismo, señaló que "levantaron un terraplén de más o menos ocho metros de altura y literalmente cerraron los pasos de agua natural que existían anteriormente y crearon un dique".

A la voz de Humberto Corona se sumó la de Verónica Carrillo, quien denunció: "Vivimos una realidad que nos rebasa. Hogares que a 15 días de las lluvias continúan bajo el agua, familias que lo han perdido todo. Las autoridades nos han abandonado".

Ante este panorama, la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) de Bacalar ha intervenido con maquinaria para dragar las colonias, pero los habitantes consideran que esto es insuficiente para la magnitud del problema. Por su parte, el Ayuntamiento, encabezado por José Alfredo Contreras Méndez, prometió un diálogo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para dar una respuesta a cerca de 50 familias afectadas.