El huracán Beryl rompió todas las expectativas acerca de lo que se espera de la temporada de huracanes en México y Estados Unidos, aseguraron investigadores de la Universidad Estatal de Colorado (UEC), quienes además indicaron que “la actividad de tormentas de principios de temporada no nos dice mucho sobre lo que sucederá el resto del tiempo… Pero cuando las tormentas son fuertes en el Atlántico tropical y el Caribe oriental, tienden a ser un presagio de una temporada muy agitada”.
Asimismo, señalaron que la parte más activa de la temporada de huracanes del Atlántico comienza a mediados de agosto y alcanza su pico en septiembre, en el caso de Beryl, este se formó a fines de junio y se comportó como si ya hubiera llegado en la peor época.
Agregaron que, el agua por la que pasó Beryl estaba tan cálida como debería de estar en septiembre, por ello se comportó como un huracán de septiembre y se fortaleció como categoría cinco.
Además, los investigadores de la UEC expusieron que las aguas cálidas son consecuencia del calentamiento global debido a la contaminación de combustibles fósiles, lo que forma las condiciones para que estos fenómenos climáticos tomen fuerza.
Finalmente, explicaron que debido a estas condiciones pronostican que esta temporada tenga las condiciones climáticas que favorezcan huracanes cada vez más fuertes.