“A lo largo de una década, se ha incrementado a nivel mundial el consumo de drogas en un 20 por ciento, considerando a las personas que prueban alguna sustancia por lo menos una vez en su vida”, alertó la representante adjunta de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), Stacy de la Torre.

En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, la UNODC México y la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) presentaron el Informe Mundial sobre las Drogas 2024, el cual refleja un incremento en el uso de estupefacientes a nivel mundial.

El reporte destaca que en el mundo más de 290 millones de personas ingieren o han hecho uso de algunas drogas; de ellas, 228 recurren al cannabis, 60 a los opioides, 30 a las anfetaminas, 23.5 a cocaína y 20 al éxtasis.

Asimismo, refiere que 13.9 millones de personas que se han inyectado drogas, 6.8 millones viven con hepatitis C, 1.6 más con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH); mientras que 1.4 sobreviven con ambas patologías.

Además, el reporte indica que en América Latina prevalece el consumo de cocaína; mientras tanto en América del Norte hay un consumo considerado de opioides, anfetaminas y cocaína. Por otro lado, en Europa prevalece el consumo de anfetaminas y cocaína.

En África, el consumo se concentra en opioides y un menor grado de cocaína; mientras que en Asia prevalece el consumo de anfetaminas y en menor cantidad de opioides.

Con respecto al uso del cannabis, el informe puntualizó que el consumo comienza en edades tempranas; por lo que los especialistas insistieron en la necesidad de instrumentar políticas públicas encaminadas a la prevención.

En Oceanía la prevalencia anual de las personas de 15 y 16 años que consumen cannabis es del 10 por ciento, lo mismo que en las Américas, Europa, mientras que en África y Asia el indicador para ese mismo sector poblacional es del 5 por ciento.

Tal como el lema de este año indica “La evidencia es clara, debemos invertir en prevención”, las autoridades de la ONU y del Conasama asumieron el compromiso de revertir la situación enfocándose a los sectores más vulnerables de la población con acciones que reditúen en su bienestar psicosocial, entre ellas: la generación de empleos, garantizar el acceso a los servicios de salud y la atención preventiva contra las adicciones.