Las lluvias intensas registradas en días pasados, han provocado afectaciones en diversos estados de la República; sin embargo, también ha traído efectos positivos al refrescar el territorio mexicano que experimentó intensas olas de calor que provocaron sequías severas, durante los meses de mayo y principios de junio, aseguran académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En el estudio titulado “El papel de los ciclones tropicales en las precipitaciones en América del Norte tropical y subtropical”, la doctora en Ciencias Christian Domínguez y Víctor Magaña, profesor del Instituto de Geografía de la UNAM, destacan que, a pesar de ser difíciles de predecir, los ciclones a menudo se convierten en la principal fuente para llenar presas y cuerpos de agua superficiales.

Asimismo, los miembros de la UNAM han detectado que, aunque en México llueve más que hace un siglo, los periodos de sequía se han vuelto más largos y las lluvias más extremas en algunas regiones.

En lo que va de la temporada de ciclones y huracanes, el paso de la tormenta tropical Alberto propició que las presas de Nuevo León subieran sus niveles: La Boca alcanzó el 97.47 por ciento de su capacidad, Cerro Prieto el 58.46 por ciento y El Cuchillo el 84.30 por ciento, mientras que, en Tamaulipas y Coahuila, las presas aún no alcanzan el 60 por ciento de su capacidad.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reporta que las presas aún están en niveles bajos, con un promedio nacional del 31.4 por ciento de su capacidad; sin embargo, el primer ciclón de la temporada, aunado a otros fenómenos meteorológicos, permitieron mitigar la sequía en 50 de los dos mil 180 municipios afectados.