Una de cada ocho personas en el mundo vivía con obesidad en el año 2022, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y más de 988 millones de personas en todo el mundo viven con obesidad. Desde hace tres décadas, esta enfermedad se ha duplicado entre los adultos de todo el mundo, y se ha cuadruplicado entre los adolescentes. Según la World Obesity Federation estima que la mayoría de la población mundial (el 51 por ciento, es decir, más de cuatro mil millones de personas) vivirá con sobrepeso u obesidad en 2035 si se mantienen las tendencias actuales.
En días recientes, un estudio realizado por la Universidad de Sichuan en China abordó el impacto de la obesidad en la población infantil y juvenil. En el estudio se resalta que uno de cada cinco menores del mundo tiene exceso de peso y en que la cifra de este problema tiende al alza, pues en los registros de 2012 a 2023 hay un incremento del 60 por ciento con respecto a los primeros 10 años de este siglo. Los datos de la OMS cifran en 37 millones los niños menores de cinco años de todo el mundo que tenían sobrepeso en 2022, cuando más de 390 millones de niños y adolescentes de entre cinco y 19 años tenían sobrepeso y de los que 160 millones vivían con obesidad. Cifras verdaderamente alarmantes que dejan ver que los niños y jóvenes son los principales afectados de esta situación, pues el riesgo de desarrollar enfermedades crónico-degenerativas a temprana edad se incrementa de manera alarmante.
En México, la prevalencia de las personas que presentan obesidad se mantiene en un 16.5 por ciento, sin embargo, es uno de los países con un mayor incremento en obesidad infantil, pues cada año se identifican 500 mil nuevos casos. En este sentido, los datos oficiales del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y el Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades de la Secretaría de Salud (SSA) destacan que los ambientes que propician la obesidad dentro y fuera de las escuelas y que inciden en los índices de sobrepeso y obesidad infantil, han afectado al 41.2 por ciento de la población escolar de cinco a 13 años.
La obesidad infantil aumentó 120 por ciento en las últimas tres décadas, señalaron representantes de diversas organizaciones de la sociedad civil y de la academia que integran la Alianza por la Salud Alimentaria, quienes denunciaron que nueve de cada 10 escuelas no cumplen los lineamientos, al vender a diario bebidas azucaradas, dulces, golosinas y frituras.
Por ejemplo. Datos de la plataforma miescuelasaludable.org revelan que de 15 mil 101 reportes recabados en el actual ciclo escolar 2023-2024, al menos 10 mil 533 planteles reportaron datos que confirman la venta productos chatarra y procesados.
A ello se suma que 95 por ciento de los institutos venden bebidas azucaradas; 79 por ciento refrescos; y en siete de cada diez centros se reporta la comercialización de productos chatarra fuera de las instalaciones.
En contraste, sólo 19 por ciento vende frutas y verduras; 21 por ciento cuenta con dispensadores de agua potable; 10 por ciento vende cereales integrales y semillas, y cuatro por ciento de las escuelas cuenta con un comité de vigilancia que evite la comercialización diaria de frituras, galletas, refrescos y jugos embotellados.
Al respecto, los expertos aseguran que algunas de las principales causas de este incremento mundial de la obesidad infantil son la falta de actividad física, saltarse los desayunos, el aumento del tiempo que los niños y jóvenes pasan frente a los videojuegos, celulares o dispositivos electrónicos y el aumento en el consumo de alimentos procesados. Por tal motivo es importante buscar soluciones y que el gobierno implemente verdaderamente medidas que permitan mejorar la salud.