Desde finales de 2023, Israel ha mantenido una sanguinaria incursión militar en territorios palestinos, específicamente en Gaza y Cisjordania, con el pretexto de destruir a Hamás y liberar a los rehenes capturados el siete de octubre de 2023. Sin embargo, estas acciones parecen estar más enfocadas a causar la muerte de un gran número de civiles y destruir infraestructura esencial, creando áreas inhabitables en territorio palestino. Este camino hacia la aniquilación está provocando significativos cambios en el Medio Oriente.

Para comprender mejor la situación, es útil referirse a las declaraciones del profesor y politólogo John Mearsheimer, de la Universidad de Chicago, quien ofreció recientemente la conferencia Why Israel is in Deep trouble… para el Centro australiano de Estudios Independientes (disponible en youtoube.com, 17de mayo de 2024). El conferencista sostiene que el objetivo geoestratégico tanto del gobierno de Netanyahu como del grupo Hamás es controlar lo que él llama Greater Israel o Gran Israel, que abarca el área de más de 28 mil km2 entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, incluyendo Cisjordania, Israel y Gaza. Esta región alberga aproximadamente a 7.3 millones de israelíes y 7.3 millones de palestinos. Aunque Israel tiene una clara superioridad militar, su control es constantemente desafiado por la población palestina.

También identifica cuatro posibles formas de administrar este territorio y su población: 1. Gobierno democrático-constitucional. Esta opción implicaría incluir a la población palestina en el sistema político, algo que no conviene a las élites judías que desean la existencia exclusiva de un Estado judío. 2. Solución de dos Estados. Propuesta apoyada por la ONU y muchos gobiernos internacionales; implicaría la creación de un Estado palestino independiente junto al israelí. Sin embargo, desde la fundación de Israel (antes de 1950), esta opción nunca ha sido interesante para sus dirigentes. 3. Apartheid. Esto existía hasta octubre de 2023: es la segregación racial y la represión de los palestinos, confinándolos en Gaza y Cisjordania bajo estricta vigilancia. 4. Limpieza étnica o genocidio. Esto significaría la eliminación de una parte significativa, o la totalidad, de la población palestina, asegurando así un dominio indiscutible de los judíos sobre el Gran Israel.

Evidentemente, hoy vemos en marcha un genocidio. El objetivo visible del gobierno judío transitó de la segregación al exterminio de palestinos. La lógica detrás de esto, según el expositor, es que eliminando a este pueblo en Gaza (y en Cisjordania), ya no habría necesidad de Apartheid, ni existiría Hamás, lo cual, a su vez, facilitaría un control territorial total por parte de Israel.

Sin embargo, la ofensiva produce repercusiones negativas tanto en esa área como en todo Medio Oriente. Tanto Israel como Estados Unidos están perdiendo con este genocidio. Aquél, principal aliado de Estados Unidos en la región, enfrenta serias dificultades para controlar Gaza y destruir a Hamás. Además, la destrucción de infraestructura habitacional plantea un nuevo problema: ¿dónde meterán a los palestinos, si no los exterminan? Netanyahu empeoró la situación al involucrarse en conflictos con Hezbolá y con los hutíes, grupos bien armados del Líbano y Yemen, ambos solidarios con Palestina. Bombardeó la embajada iraní en Siria, lo cual provocó una oleada de misiles de Irán que apenas pudo ser detenida con ayuda de las bases militares estadounidenses e inglesas en la región. Este ambiente ha generado pánico entre los israelíes, quienes se manifiestan masivamente contra Netanyahu. El Estado judío depende fuertemente del apoyo militar de Occidente, pero esto peligra también porque más del 50 por ciento de los estadounidenses (según encuestas que cita el expositor) consideran que Israel es genocida.

Naturalmente, Mearsheimer no aboga por un cambio en las políticas de apoyo económico de su país a Israel. Pero señala que las acciones asesinas de este país están fortaleciendo a Irán, quien, aliándose con Xi Jinping y Vladimir Putin, está tomando el camino de la nuclearización. La hegemonía regional estadounidense está erosionándose con el debilitamiento israelí, mientras que Irán, China y Rusia emergen como los verdaderos ganadores en términos geopolíticos.