A ocho meses de que el huracán Otis, de categoría 5, azotara los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez, en Guerrero, 21 mil niñas y niños no han regresado a clases, informaron dos ONG.

Guerrero es el segundo estado más pobre de México, por encima de Chiapas. En octubre de 2023, “Otis” dejó más de un millón de damnificados, según cálculos de la Unión Europea. La infraestructura pública, viviendas, servicios públicos y escuelas sufrieron daños severos.

El informe “Las condiciones se afectaron, el anhelo no. Derecho al aprendizaje y al juego para la niñez en Guerrero”, del Centro de Excelencia e Innovación para los Derechos y Oportunidades de la Niñez (Ceidon) y Save The Children toma como base la cantidad de alumnos inscritos en el ciclo escolar e informes de la Unicef para hacer un balance entre los que continuaron sus estudios, abandonaron la escuela y lo que siguen sin regresar a sus aulas después de la tragedia.

La Secretaría de Educación Pública (SEP) prometió invertir 314 millones de pesos para 928 escuelas dañadas de Acapulco, pero éstas se suman al total de 40 mil de todos los centros educativos de educación básica del estado que no han ejecutado ni un solo peso para los trabajos de rehabilitación, revela el documento.

En algunas escuelas, las jornadas escolares no son completas pese a que las actividades económicas ya están funcionando en su totalidad.

Destacan que los cencos y padrones de población afectada y con necesidades no es público; en varias colonias los propios ciudadanos salen a protestar para obtener ayuda a la ausencia de las autoridades estatales y federales.