“Las elecciones polarizadas, como la reciente victoria de Claudia Sheinbaum, siempre generan modificaciones en el mercado financiero. Este fenómeno también se observó hace seis años con la elección de Andrés Manuel López Obrador. En estas situaciones, el tipo de cambio y otros indicadores económicos suelen ajustarse debido a la incertidumbre que generan los cambios políticos”, explicó en entrevista para buzos, Eduardo Peralta Villegas, docente de la Facultad de Economía y de Filosofía y Letras de la UNAM.
Recordó que hace décadas México adoptó una política monetaria que deja el tipo de cambio al libre mercado, permitiendo que se ajuste según la oferta y la demanda. "Antes, el gobierno tenía la capacidad de regular el tipo de cambio, manteniéndolo fijo durante largos periodos. Sin embargo, con la implementación de políticas neoliberales y de libre comercio, se pasó a un tipo de cambio flotante".
Destacó que la victoria de Sheinbaum ha generado cierta preocupación en el mercado, especialmente entre las grandes empresas bursátiles y de especulación financiera por sus propuestas para modificar la constitución y equilibrar la distribución del ingreso; mismas que han sido vistas como un posible riesgo, principalmente para el sector empresarial, que temen la reactivación de la política industrial y la limitación de políticas económicas que consideran devastadoras para la mayoría, pero beneficiosas para pocos.
Indicó que, desde el triunfo de Sheinbaum, como presidenta electa de México, la moneda nacional ha mostrado una ligera depreciación, pasando de estar por debajo de los 17 pesos por dólar a acercarse a los 18 pesos, fluctuación que es temporal.
"El mercado no es neutral; está influenciado por grandes empresas financieras y especulativas que reaccionan ante cambios políticos percibidos como riesgos; sin embargo, algo que sí ha sucedido es que, en los últimos años, el peso mexicano ha mostrado una notable estabilidad y apreciación frente al dólar. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el tipo de cambio se depreció considerablemente, superando los 20 pesos por dólar.
“En contraste, en los últimos años, la moneda se ha fortalecido y mantenido estable, lo cual tampoco se debe atribuir al Gobierno Federal, ya que no tiene la facultad de establecer el tipo de cambio, ese lo manifiesta el mercado; en lo único que influye el gobierno es en la oferta monetaria, a través del Banco Central, determina si se imprime más dinero o se retiene según el existente en circulación; pero no más, no puede establecer el tipo de cambio”, insistió.
Además, el doctorando en economía reiteró que la actual depreciación del peso es una reacción normal del mercado y no representa una alarma. "Muchos sectores conservadores y empresariales predicen una caída drástica de la moneda, pero esta reacción es temporal y se estabilizará en las próximas semanas," afirmó.
Finalmente, estimó que la moneda se estabilizará pronto, en un periodo no mayor a dos semanas: “los grandes capitales pueden tener ciertos temores, pero no se prevé un impacto duradero en la economía. La política monetaria en manos del mercado limita la intervención del Estado, pero no se anticipan riesgos mayores para la economía mexicana en el corto plazo”.