La violencia electoral dejó un saldo de 16 homicidios de candidatos y precandidatos a presidentes municipales, de estos casos, 12 representantes del partido o coalición a la que pertenecía la víctima perdieron la elección del pasado 2 de junio; sólo cuatro lograron imponerse a sus contrincantes.
Entre los homicidios más renombrados sucedió en El Mante, Tamaulipas; se trató de Noé Ramos Ferretiz, candidato del PAN que buscaba la reelección, quien fue asesinado a cuchilladas en abril pasado; su esposa, Sheyla Palacios, asumió la candidatura, pero Martha Patricia Chio de la Garza, de la coalición Morena-PT-PVEM, lidera con el 53 por ciento los votos con el 88 por ciento de las actas computadas.
En Coyuca de Benítez, Guerrero, fue ultimado José Alfredo Cabrera, candidato del PRI-PAN-PRD, a tiros durante su cierre de campaña. Su esposa, Wendolín Solís, tomó la candidatura, pero Víctor Hugo Catalán de Morena aventaja con el 47 por ciento de los votos con el 92 por ciento de las actas computadas.
En Suchiate, Chiapas, David Rey, del PRI, fue asesinado mientras circulaba en su motocicleta. El partido perdió ante Redes Sociales Progresistas. Asimismo, en el mismo estado; pero en la comunidad de La Concordia, Lucero López, candidata del Partido Popular Chiapaneco, fue asesinada en una masacre. Su suplente, Maite Monserrat López, está en segundo lugar, a sólo 1.5 puntos porcentuales del candidato de Redes Sociales Progresistas, Emmanuel Córdova.
A estos homicidios se suma el de Sergio Hueso de Movimiento Ciudadano en Armería, Colima, quien fue asesinado, y su partido perdió ante Morena-PT-PVEM. También, en Maravatío, Michoacán, los candidatos de Morena y PAN fueron asesinados; el PAN no postuló a nadie más y Morena ganó. En Atoyac, Guerrero, el asesinato de Alfredo González del PT resultó en una victoria para Morena.
Con respecto a los homicidios que generaron un cambio en los resultados electorales destacan: en Chilapa de Álvarez, Guerrero, con Tomás Morales de Morena, quien fue asesinado y ganó la coalición PRD-PAN-PRI. También en este estado, pero en Atlixtac, Marcelino Ruiz del PRD fue ultimado; y ganó el PVEM.
A esta lista de asesinatos se suma el que sucedió en Pihuamo, Jalisco, donde Morena ganó tras el asesinato del priista Humberto Amezcua y en Mascota, Jalisco, donde Morena ganó tras el asesinato del precandidato del Partido Verde, Jaime Vera.
Situación contraria sucedió en San Juan Cancuc, Chiapas, donde a pesar del asesinato de Diego Pérez del PRI, su partido ganó. Lo mismo que en Acatzingo, Puebla, donde Morena ganó pese al asesinato de Jaime González. También en Celaya, Guanajuato, Morena se impuso con un 45 por ciento luego del asesinato de su abanderada Gisela Gaytán. Finalmente, en Cuautla, Morelos; donde la coalición Morena-Nueva Alianza-Encuentro Social ganó pese al asesinato del candidato suplente.