El Banco de la Reserva Federal de Dallas señaló que México enfrenta una serie de obstáculos que están frenando su crecimiento económico, entre ellos: el crimen y la falta de energía eléctrica, problemas que limitan a las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) y detienen el impulso del nearshoring, respectivamente.
En su informe titulado “Un peso fuerte y una inflación persistente nublan las perspectivas de crecimiento de México para el 2024”, la Reserva Federal de Dallas indicó que la tasa de homicidios en México es de 28 por cada 100 mil habitantes, muy por encima del promedio mundial de seis por cada 100 mil y del promedio de Estados Unidos, que es de 7.
Manifestó que los altos niveles de crimen y violencia incrementan los costos operativos de las MiPyMEs se elevan, toda vez que aumentan también las medidas de seguridad y transporte; asimismo, los obliga a aplazar sus planes de crecimiento, reducir horarios de trabajo, e incluso cerrar sus operaciones.
Además, puntualizó que, de acuerdo con sus investigaciones, los homicidios y robos afectan negativamente a la Inversión Extranjera Directa (IED), fundamental para el crecimiento económico.
Desafíos Energéticos
En materia energética, el informe manifestó que México enfrenta serios problemas; debido a que “las reformas energéticas del sexenio anterior, que buscaban eliminar los monopolios estatales de petróleo y electricidad, han sido revertidas, resultando en un aumento de los precios de la energía y en fallas frecuentes en el suministro eléctrico. Estas interrupciones afectan especialmente al sector manufacturero, crucial para el nearshoring, que depende de una energía confiable y asequible”.
A este panorama, la Reserva Federal de Dallas sumó el déficit presupuestario federal, que para este año se prevé que alcance el 5.4 por ciento del PIB, el mayor desde 1988. Gran parte de este déficit se destina a financiar programas de gasto social y proyectos de infraestructura. Aunque el gasto fiscal puede impulsar la economía a corto plazo, el tamaño de los gastos actuales representa una desviación de la prudencia fiscal mantenida por las administraciones mexicanas desde los años 90.
Agregó que la fortaleza del peso mexicano también presenta un desafío: “si bien una moneda fuerte puede tener ventajas, también aumenta el costo relativo de las exportaciones y reduce el de las importaciones, lo que podría desacelerar el crecimiento económico. Además, las remesas en dólares, aunque alcanzan niveles récord, valen menos en términos reales debido a la apreciación del peso y la inflación”.
Finalmente, indicó que el sector del transporte y la logística se ve especialmente afectado por la inseguridad, por lo que las empresas deben invertir en una serie de medidas de seguridad, incluyendo patrullas, custodios a bordo, GPS y controles de retenes; costos adicionales que han incrementado hasta en un 100 por ciento en los últimos tres años “en lugar de invertir en tecnología para aumentar la productividad, las empresas se ven obligadas a destinar recursos significativos a temas de seguridad. Abordar estos problemas será crucial para mejorar las perspectivas de crecimiento del país y asegurar un entorno económico más estable y próspero”.