El medio ambiente, factor vital en la evolución del hombre.
Las conclusiones más reveladoras del libro están reseñadas en unos párrafos de su Introducción: “En un sentido muy real el hombre, en su infinita variedad, es el producto evolutivo de todas sus experiencias ambientales. Herencia y medio ambiente están interrelacionados en el proceso de la evolución, como lo están en el desarrollo del individuo. La evolución fue posible porque todos los seres vivos estaban dotados de un sistema de herencia (genético) que hace posibles cambios en la estructura física de una generación a otra. El sistema genético no se comprendía en tiempos de Darwin y, como resultado de esta ignorancia, se formularon muchas teorías erróneas en nombre de la eugenesia.
“No existió ciencia alguna de la genética hasta el redescubrimiento de Gregor Mendel (Austria) en 1900, y algunos de los adelantos más sorprendentes en genética han sido realizados únicamente a partir de 1950. Sabemos ahora que el desarrollo de la estructura física está dirigido por un código genético, transmitido con modificaciones por los padres a sus hijos. Existe una analogía considerable entre el código genético y los códigos perforados con que se alimentan las computadoras. El código genético transporta miles de millones de componentes unitarios cuyas combinaciones dan instrucciones para su desarrollo. No existen dos códigos genéticos iguales, salvo aquellos de los gemelos idénticos, de ahí que no haya tampoco dos personas iguales en su herencia, excepto dichos gemelos.
“El desarrollo tiene lugar en un medio ambiente que es único para cada individuo, ya que no existen dos ambientes iguales. Incluso los gemelos idénticos nunca son enteramente iguales, sino que se diferencian en mayor o menor grado en muchas de sus características”.
Osborn incluyó estos hechos y fechas en la evolución del hombre: su linaje inició con las primeras expresiones de vida orgánica; se distinguió de otras especies cuando hace dos o 2.5 millones de años, surgieron sus predecesores homínidos; más de un millón de años le costó desprenderse de éstos; y para el año ocho mil a.n.e. alternaba ya la cacería con la recolección de plantas y la agricultura, y se arraigó a lugares fijos.
También caminaba completamente erecto, usaba herramientas, era muy social y empezaba a regular su actividad sexual. El homo sapiens apareció hace 45 mil años y se extendió a América en el 12 mil a.n.e. En 10 mil a.n.e., al término de la Edad de Piedra, cinco millones de individuos con los rasgos genéticos del hombre actual poblaban la Tierra, pero cada grupo racial tenía color de piel, estatura, lengua y pelaje propios debido a la influencia del medio ambiente.