De acuerdo con el Proyecto Azul Cobalto, iniciativa del investigador Daniel Gómez-Tagle, desde el 2017 hasta lo que va del año 2024, se han cometido más de dos mil 800 homicidios contra policías a lo largo y ancho del territorio nacional; de ellos, 200 han sido contra mujeres uniformadas, situación que incrementa conforme pasan los años.
Según la plataforma digital que contabiliza los homicidios y feminicidios en contra de los policías en México, en 2019 se reportaron 19 casos, mientras que para el 2023 fueron 42, lo que representa un incremento del 121 por ciento.
Cabe destacar que, en marzo pasado, tres mujeres policías fueron decapitadas en Pátzcuaro, Michoacán. Ese mismo mes, otra agente fue asesinada en Nuevo León, presuntamente por su pareja. Un mes antes, en febrero, una oficial y su hija de seis años murieron a balazos en Celaya, Guanajuato, mientras caminaban rumbo a la escuela.
El estado de Guanajuato encabeza la lista con 45 casos de mujeres policías asesinadas, seguido por el Estado de México con 21. Este patrón de violencia no solo está vinculado al género, sino también a la región. “La violencia no solamente está focalizada por género, sino también por región del país”, analiza Gómez-Tagle.
"Las matan por ser policías y las matan por ser mujeres", aseguró el director del Proyecto Azul Cobalto, Daniel Gómez-Tagle. Asimismo, señaló que, a diferencia de los hombres, que en su mayoría son asesinados en emboscadas o ataques del crimen organizado, las mujeres policías son frecuentemente asesinadas por sus parejas, muchas veces dentro de sus hogares o durante su servicio.
Además, Gómez-Tagle criticó la falta de análisis y protección por parte de las autoridades hacia los policías, ya que no existe un modelo policial alineado con los tratados internacionales de derechos humanos. A esto se suma la precariedad laboral en los municipios, donde las policías no obedecen a códigos profesionales y enfrentan desigualdades salariales y de tareas entre hombres y mujeres.
Por su parte, el profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Luis Cisneros, destacó tres factores que contribuyen a estos homicidios: la exclusión y marginación derivadas de la desigualdad; la cultura del machismo y el vínculo directo entre las víctimas y sus victimarios, quienes a menudo son sus compañeros sentimentales dentro de la misma corporación policial.
Para abordar estos problemas, Cisneros reconoció la importancia de la capacitación, los códigos de ética y el respeto a la profesionalización del género. Aunque se han logrado algunos avances, queda mucho por hacer para asegurar la protección y el respeto hacia las mujeres policías en México.
Finalmente, puntualizó que el incremento en los feminicidios de mujeres policías resalta la urgencia de implementar políticas efectivas y un marco legal que proteja a las mujeres en la fuerza policial, garantizando un entorno laboral seguro y equitativo. La lucha contra la violencia de género dentro de las fuerzas de seguridad es esencial para construir una sociedad más justa y segura para todos.