Debido a que el sol emitió la llamarada más potente de la última década, la ionósfera terrestre puede presentar perturbaciones que afectarán las comunicaciones y otros sistemas tecnológicos, informó el Servicio de Clima Espacial México, del Instituto de Geofísica, y el Laboratorio Nacional de Clima Espacial, ambos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

Los académicos de la máxima casa de estudios informaron que el día de ayer, 14 de mayo, se registró una “poderosa” llamarada solar que podría tener efectos significativos en la ionosfera sobre México, se trató de “la región activa AR3664 del Sol que produjo una fulguración solar de categoría X8.79 a las 10:51 horas, tiempo de la Ciudad de México, evento que se destaca como la más potente del ciclo solar actual”.

 

Por su parte, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) reportó que la misma región ha generado la tormenta geomagnética más fuerte en casi una década, clasificada como un evento X8.7. Estos eventos son relativamente infrecuentes y pueden causar interrupciones en las redes de electricidad y en las comunicaciones satelitales, así como en la navegación aérea.

 

Las autoridades alertan sobre posibles afectaciones a la comunicación y otros sistemas tecnológicos debido a esta actividad solar extrema. La ionosfera, una capa de la atmósfera terrestre crucial para la propagación de señales de radio y satélite, podría verse alterada, causando interrupciones en los servicios.

 

Cabe destacar que debido a la rotación del Sol, la energía que se liberó ya no se dirige en dirección a la Tierra, lo cual, según los investigadores, debe disminuir los impactos o daños a las comunicaciones.

 

A pesar de este panorama, recomendaron a las empresas que dependen de sistemas de comunicación satelital y de radio, así como a los operadores de redes eléctricas, tomar medidas preventivas ante posibles interrupciones; asimismo, mantenerse informados sobre la actividad solar y sus posibles efectos, a fin de estar preparados para “mitigar sus impactos en nuestra vida diaria y en las infraestructuras tecnológicas”.