La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que el 40 por ciento del total de migrantes en América Latina corresponde al sector femenino, quienes se dirigen hacia Estados Unidos en búsqueda de oportunidades laborales.
Durante la presentación de una nueva estrategia regional determinada hasta 2030, la directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Ana Virginia Moreira, informó que se está presentando cada vez más un fenómeno en el que las mujeres viajan solas y no como parte de un grupo familiar, lo que conlleva “respuestas diferenciadas" por parte de las organizaciones y niveles de gobierno.
Por su parte, el especialista regional en migración de la OIT, Francesco Carella, destacó que las mujeres enfrentan un mayor riesgo por su condición de género y como migrantes, ya que son víctimas de violencia, hipersexualización y acoso. Agregó que cuando viajan acompañadas de sus familiares, sufren una “sobrecarga de responsabilidad” por el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
La falta de empleo durante la migración es otro factor que enfrentan las féminas, quienes, por ejemplo, en el caso de las mujeres venezolanas, señaló: “representan un caso ilustrativo, ya que el 50 por ciento de las más de 6.5 millones de personas que han dejado ese país, son mujeres, ellas a menudo están más cualificadas que los hombres; sin embargo, tienen menos oportunidades de encontrar un empleo en los países de destino, por lo que terminan laborando en actividades para las que están sobrecalificadas”.
Agregó que las personas migrantes tienen "tres veces más riesgo de ser víctimas de trabajo forzoso" en comparación con las no migrantes. Según la OIT, los beneficios ilegales generados a través del trabajo forzoso de migrantes en el mundo ascienden a 37,000 millones de dólares, de los cuales 27,200 millones provienen de la explotación sexual comercial forzada, afectando en mayor medida a mujeres y niñas.
Por último, la OIT urgió en la necesidad de implementar políticas y programas que aborden estas problemáticas específicas, protegiendo a las mujeres migrantes y garantizando sus derechos laborales y humanos en los países de destino.