Escoltado por los jefes de la Duma y el Consejo de la Federación Rusa, Vladímir Putin tomó posesión este martes como presidente tras ser reelecto con el 87.28 por ciento de los votos en las elecciones celebradas en marzo pasado.
Durante su discurso de investidura en Moscú, Putin anunció que su país continuará con planes para asegurar la continuidad del desarrollo e independencia. Afirmó que el destino de Rusia será determinado por el pueblo a fin de beneficiar a las generaciones actuales y futuras.
Asimismo, declaró que los ciudadanos "confirmaron el correcto rumbo del país", lo que es "importante en un contexto de retos graves".
De igual forma, aseguró que la nación rusa seguirá estando abierta a estrechar relaciones con todos los países que los vean como un socio y no rechaza el diálogo con los Estados occidentales, pero advirtió que este no debe transcurrir "desde una posición de fuerza, sin prepotencia ni exclusividad personal y sólo en igualdad de condiciones, respetando los intereses de cada uno".
Además, reiteró su compromiso para trabajar con sus socios comerciales a fin de formar un orden mundial multipolar y un "sistema de seguridad equitativo e indivisible".
Finalmente, destacó la importancia de que Rusia sea "autosuficiente y competitiva", y de que el sistema sociopolítico sea sólido frente a cualquier desafío o amenaza.