Ubicada a unos 24 mil millones de kilómetros de distancia de la Tierra, la nave Voyager 1 logró enviar datos descifrables, luego de que ingenieros de la NASA resolvieran un problema de comunicación con la sonda espacial más lejana del cosmos.

 

El problema comenzó por primera vez en noviembre de 2023, cuando la unidad de modulación de telemetría del sistema de datos de vuelo de la Voyager 1 envió un patrón de código repetitivo indescifrable y continuó con esta situación repetitiva, por lo que los datos permanecieron inutilizables durante cinco meses.

 

Ante esta situación, el equipo de la misión envió un comando llamado "poke" el 1 de marzo para reiniciar el sistema informático de la sonda; un par de días posteriores, el 3 de marzo, logró decodificar una señal que indicaba la causa del problema: el 3 por ciento de la memoria del sistema estaba dañada debido a un chip defectuoso.

 

Ante la imposibilidad de reparar el chip, los ingenieros optaron por almacenar el código afectado en otra parte de la memoria del sistema, dividiéndolo en secciones y ajustando su funcionamiento. Para el 18 de abril, enviaron una señal de radio a la Voyager 1 con el fin de reubicar el código, y el 20 de abril recibieron la confirmación de que la modificación había tenido éxito.

 

Cabe destacar que, de acuerdo con la comunidad científica, este logro representa un avance significativo para la misión Voyager, que ha estado explorando el espacio durante 46 años; toda vez que la Voyager 1 y su gemela, la Voyager 2, lanzadas en 1977, son las naves espaciales más longevas y han proporcionado diversa información sobre el sistema solar y más allá.

 

Finalmente, el equipo de la misión señaló que continúa trabajando para mantener operativa a la nave Voyager 1 de la que espera recibir más datos científicos de la sonda en las próximas semanas.