“La abolición del derecho materno fue la gran derrota del sexo femenino. El hombre llevó también el timón en la casa; la mujer fue envilecida, domeñada, se trocó en esclava de su placer y en simple instrumento de reproducción”. Estas líneas pertenecen a una de las obras cumbre de la sociología y antropología materialista dialéctica, pertenecen a El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, de Federico Engels.
Pero esta afirmación la realizó el gran filosofo, luchador comunista y fiel amigo de Carlos Marx (quien escribió sobre temas que el mismo Marx, por falta de tiempo, por dedicarse a escribir sobre economía política y teoría del socialismo científico, principalmente, no pudo escribir), sólo nos dice sintéticamente lo que le ocurrió al sexo femenino a partir de que surgió la propiedad privada sobre los medios de producción en la sociedad humana; y por tanto la aparición de las clases sociales y la explotación del hombre por hombre.
Y esa condición de sometimiento y de opresión de la inmensa mayoría de las mujeres en el planeta persistirá mientras esas causas profundas de la desigualdad de género y de opresión persistan en la sociedad. Es cierto que la lucha de las mujeres por tener igualdad económica, social y política es un factor necesario en la lucha por lograr un mundo más justo. Sin embargo, la lucha de las mujeres debe tener muy claro el origen histórico, la causa profunda de su opresión y su desigualdad.
Una conocida plataforma de streaming acaba de estrenar un interesante documental que nos narra la lucha feminista y de sectores progresistas de España en contra de la injusticia que representó la sentencia que les dieron a los cinco jóvenes sevillanos que, en 2016, durante las Fiestas de San Fermín, en Pamplona, Navarra, violaron a una jovencita de 18 años en un portal; la cinta es: No estás sola: la lucha contra la manada.
El filme fue dirigido por Almudena Carracedo y Robert Bahar. El documental que se basó en las actuaciones judiciales, en los datos obtenidos de la misma investigación judicial y en las resoluciones que dieron en los distintos momentos procesales los jueces de Audiencia provincial de Navarra, del Tribunal Supremo de Navarra y el Supremo Tribunal de España, acerca de la violación de una mujer (que en el documental aparece con un nombre ficticio y su voz es sustituida por la de una actriz profesional, para su protección).
El caso provocó indignación no sólo en España, sino en otras partes de Europa y del mundo, dado que los atacantes, en los juzgados de primera y segunda instancias, fueron condenados por el delito de “abuso sexual”, cuya gravedad es mucho menor que el de “violación”. Para haber dado una resolución así, los que emitieron la condena aceptaron el argumento de la defensa de los acusados de que, “en el momento de las relaciones sexuales, la mujer consintió esas relaciones”.
Sin embargo, la tenacidad de los abogados y la misma decisión de la víctima llevaron a que el caso llegara al Supremo Tribunal, y ahí la resolución judicial estableció que sí hubo violación, pues se demostró que la joven, ante la situación de sometimiento y de intimidación, no opuso resistencia. En la nueva sentencia, los cinco jóvenes –que en mensajes detectados en sus teléfonos celulares se autodenominaban La manada– fueron hallados culpables de un delito cuya gravedad es mucho mayor.
Cuatro de los agresores sexuales sentenciados ya habían abusado de otra persona en una localidad llamada Pozoblanco, lo cual hizo que su sentencia fuese de 15 años de cárcel por el caso de Pamplona y otro año y medio por el de Pozoblanco. Algo que también llamó la atención de la opinión pública fue el hecho de que uno de los participantes en el delito era miembro de la guardia civil y otro era militar (este último, incluso, tenía antecedentes penales por lesiones, riña tumultuaria y alteración del orden público); otros dos miembros de La manada habían estado involucrados en delitos de robo y conducción en estado de ebriedad. Entre los cientos de mensajes de WhatsApp encontrados en los celulares de estos jóvenes se encontró uno que declaraba su intención de “follarnos a una buena gorda entre los cinco, en San Fermín”.