Para contrarrestar la creciente crisis de escasez en agua potable, México debe destinar por lo menos el 1.56 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en infraestructura hídrica, durante el 2024, externó el consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Hugo Roberto Rojas, con base en un análisis de la Comisión Económica para América Latina.
El experto indicó que, para la expansión y rehabilitación de infraestructura hídrica, México tendría que asignar 480 mil millones de pesos anuales durante una década; además de 320 millones de pesos adicionales para operaciones; sin embargo, los organismos operadores apenas recaudan el 10.25 por ciento de los recursos requeridos.
Asimismo, destacó la necesidad de ser realistas: “las tarifas cobradas por los servicios de agua no serán suficientes para cubrir los costos necesarios para el desarrollo de la infraestructura. En un país donde más del 50 por ciento de la población en ciertos municipios vive en la pobreza, esperar que las tarifas financien la totalidad de los proyectos es irreal”.
Por su parte, Luis Robledo Cabello, ganador del Premio Nacional de Ingeniería Civil 2019, advirtió la necesidad de priorizar la inversión en infraestructura hídrica para evitar una crisis inminente. Además, resaltó los problemas de abastecimiento en áreas como la Colonia del Valle, Narvarte o el Centro en la CDMX.
También destacó posibles fuentes alternativas de suministro como: “las aguas subterráneas del Valle de Tula en Hidalgo y el proyecto del acueducto de Tecolutla-Necaxa… Pero, lamentablemente no hay planes, ni proyectos concretos para abordar la crisis del agua en el país”.
A pesar de las sugerencias de crear un fideicomiso para gestionar estudios, proyectos y planificación del abastecimiento de agua, las administraciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) aún no han tomado medidas al respecto, concluyó el experto.