Pese a que en febrero de este año las remesas establecieron récord con un incremento anual de 3.8 por ciento “acumularon 16 meses consecutivos perdiendo poder adquisitivo”, así lo expuso la directora de análisis económico de Banco Base, Gabriela Siller Pagaza.

Del igual forma, explicó que el rendimiento de compra de las remesas “se vio afectado principalmente por la apreciación del peso y los altos niveles inflacionarios”; que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) se ubican en 4.40 por ciento a tasa anual.

“Las remesas no son un logro de la economía mexicana. Surgen por la falta de oportunidades laborales en el país”, enfatizó Siller.

En el primer bimestre de 2024, el 98.7 por ciento del total de los ingresos por este concepto se realizó mediante transferencias electrónicas, sumando ocho mil 965 millones de dólares, mientras que las transacciones en efectivo y especie como las money orders (certificados emitidos por instituciones financieras que le permiten a un acreedor recibir un pago) representaron el 1.1 y 0.2 por ciento del monto total.

Por otra parte, las remesas enviadas por residentes de México al exterior se expandieron en un 37.8 por ciento a tasa anual, con un equivalente a 111 millones de dólares.