Foto: Eduardo Miranda

 

“Todo está consumado” … “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” fueron las últimas palabras que el Cristo de Iztapalapa exclamó en la 181 representación que este Viernes Santo se llevó a cabo en esa demarcación, donde miles de feligreses desde temprana hora se dieron cita para acompañar y recordar la Pasión y Muerte de Jesús.

El viacrucis en la alcaldía de Iztapalapa, de la Ciudad de México, en una de las mayores representaciones de la Pasión de Cristo en el mundo. El intenso calor y la escasez del agua que vive la demarcación desde hace años y que se ha agudizado en los últimos días no impidió a los vecinos de la zona, turistas nacionales y extranjeros llegar desde distintas partes del país y del mundo para acompañar al nazareno.

Iztapalapa es la alcaldía más habitada de la Ciudad de México y desde 1843 lleva a cabo la Pasión de Cristo, una representación que a pesar de los problemas que padecen sus habitantes, estos se refugian en su fe católica para enfrentarlos.

Con poco más de 1.8 millones de habitantes, Iztapalapa se volcó para representar este acto de la fe católica y detenerse para reflexionar para que no ocurra lo que Jesús sufrió en la Cruz.

Con cerca de 5 mil personas involucradas en la representación entre intérpretes y músicos, cada año se ha buscado mantener la tradición teatral que se representa al aire libre.

Miles de nazarenos recorrieron las principales calles de la alcaldía Iztapalapa cargado sus cruces para pagar sus mandas inundando sus avenidas de morado y blanco, para luego depositarlas ante el señor de la Cuevita, quien ha hecho el milagro o manda de los peregrinos y fieles católicos.

Jorge Jazmín, quien viste una túnica morada de nazareno y acompaña a Jesús en su camino, ve entre la ciudadanía la voluntad de reducir el impacto de la escasez de agua. Y reza porque no se sufra más por ese vital líquido.

Poco antes del mediodía, la multitud se congrega en la Macroplaza Cuitláhuac y espera con expectación la escena de los 39 azotes a Jesús, que son ejecutados por “soldados romanos” en medio de la plaza.

Cristopher Gómez, joven de 22 años, quien representó a Jesús cargo una cruz de 70 kilos a lo largo de tres kilómetros, desde la plaza central de Iztapalapa hasta la cima del Cerro de la Estrella.

“Es mi primer año y vine para ver qué hacen y cómo lo hacen”, indicó Trinidad Martínez, uno de los miles de asistentes a la representación.

El Viacrucis de Iztapalapa se remonta a 1843, cuando, afectados por una epidemia de cólera, los habitantes de la zona realizaron este acto de fe para pedir terminar con la enfermedad.