Foto: Cancillería de Rusia
Un grupo de cinco hombres armados, ataviados con prendas de camuflaje, dispararon contra el público que se encontraba en una sala de conciertos del Crocus City Hall, en Moscú, ubicado en las cercanías de la capital rusa. El ataque dejó por lo menos 40 personas asesinadas y más de cien heridos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia catalogó el episodio como un atentado terrorista que marca uno de los episodios más sombríos en la historia reciente del país.
De acuerdo con la agencia de noticias TASS y testigos, el tiroteo se desató durante un concierto de la banda "Picnic", al escuchar los disparos, la multitud intentó huir en búsqueda de refugio; posteriormente comenzó un incendio, por lo que las llamas y columnas de humo negro envolvieron el lugar.
"De repente, escuchamos disparos detrás de nosotros, ráfagas de disparos, no sé de dónde", comentó un testigo anónimo a la agencia de noticias Reuters. "Comenzó una estampida, todo el mundo corrió hacia las escaleras mecánicas... Todo el mundo gritaba, todo el mundo corría".
Por su parte, el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, expresó su consternación por los trágicos acontecimientos y extendió sus condolencias a los familiares de las víctimas. A nivel internacional, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zakharova, instó a una condena global de este "atroz crimen", asegurando que se están desplegando todos los esfuerzos posibles para auxiliar a las víctimas.
Tras el ataque, el gobierno de Rusia ordenó reforzar las medidas de seguridad en aeropuertos, estaciones y otros lugares críticos en la vasta metrópolis que alberga a más de 21 millones de personas.
Finalmente, las autoridades informaron que investigan el suceso y buscan a los responsables del atentado terrorista. Vale recordar que a principios del mes de marzo, la embajada de Estados Unidos en Rusia emitió una advertencia sobre un posible ataque inminente por parte de "extremistas" en la capital del país, Moscú.