Este 8 de Marzo, miles de mujeres marcharán, por cuarto año consecutivo, en contra de la violencia feminicida que ha azotado a México durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, del primero de diciembre de 2018 hasta el 31 de enero de este año han sido asesinadas 4 mil 817 mujeres.
Ante un Palacio Nacional blindado con murallas de tres metros de alto, féminas de todo el país marcharán, además, como parte del Día Internacional de la Mujer. Este día se evidencia, una vez más, la deuda que el gobierno de la “Cuarta Transformación” que, aunque se dijo feminista desde el principio, se ha caracterizado por el incremento de las brechas de género y la desigualdad en este aspecto, como revelan datos de los organismos públicos.
A pesar de que son consideradas sagradas, en el ámbito espiritual, por tratarse del “único portal divino para llegar a este planeta", incluso en el ámbito laboral, su presencia resulta fundamental para el funcionamiento y el éxito de las organizaciones, aún existe una brecha de género que ellas buscan romper mediante la promoción de la igualdad de oportunidades, el empoderamiento y el reconocimiento de los aportes que brindan a todos los niveles de la sociedad y la economía.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, por cada 10 trabajadores, 4 son mujeres; es decir, su participación en el campo laboral equivale al 46 por ciento y en suma hay 24.2 millones de ellas con un empleo remunerado.
Asimismo, los datos reflejan que el 54 por ciento de las mujeres trabajan bajo un esquema de informalidad; principalmente 8 de cada 10 lo hacen en torno al comercio y los servicios; sólo el tres por ciento tiene un negocio propio que les permite dar empleo a otras personas.
La brecha salarial es otro aspecto que buscan reducir, ya que por cada 100 pesos que perciben los hombres como remuneración, las mujeres obtienen 84 pesos; las cifras reportadas por el INEGI reflejan que la mitad de las féminas que trabajan obtienen un monto de casi siete mil 500 pesos mensuales en este año, lo que equivale a máximo un salario mínimo.
A estas desigualdades se suma que las mujeres deben trabajar 60 días adicionales para igualar los ingresos de sus colegas masculinos; y que además de cumplir con sus labores remuneradas, también dedican 24 horas a la semana, en promedio, para atender los quehaceres del hogar, mientras que los hombres sólo destinan 8 horas. Este desequilibrio podría ser un factor contribuyente al hecho de que 9 de cada 10 personas que abandonan el mercado laboral antes del retiro sean mujeres.
Las cifras del INEGI evidencian todavía más la urgencia de reducir las brechas de género, ya que los desafíos que ellas enfrentan para alcanzar igualdad de oportunidades y condiciones en el mercado laboral siguen siendo grandes.