Phil Klotzbach, investigador de la Universidad Estatal de Colorado, informó que aún es pronto para hacer predicciones definitivas, pero que las condiciones actuales apuntan a una temporada de huracanes potencialmente activa, en especial por la llegada de La Niña, que podría agravar la formación de este tipo de fenómenos naturales.
Originalmente, estos fenómenos atmosféricos aparecen cada año durante los meses de junio a noviembre, sin embargo, en febrero se reportó el incremento en un grado centígrado de la temperatura del océano Atlántico Norte, lo cual ayuda a la formación de ciclones y aumenta su fuerza.
"Es probable que tengamos un océano anómalamente cálido y condiciones neutras o de La Niña para el punto álgido de la temporada de huracanes: todo lo que no se desea si se quiere que haya menos ciclones en el Atlántico", señaló Brian McNoldy, investigador científico de la Universidad de Miami.
Asimismo, McNoldy explicó que las temperaturas del Atlántico Norte subirán en primavera y alcanzarán su máximo a principios de otoño, lo cual resulta alarmante si se combina con el patrón oceánico y meteorológico en el Pacífico tropical, conocido como La Niña. "Si no queremos una temporada de huracanes activa, necesitaríamos que La Niña esperara lo máximo posible para empezar", finalizó McNoldy.