La empresa de generación eléctrica Iberdrola dio a conocer que se concretó la venta de 12 de sus plantas (el 55 por ciento) de ciclo combinado con una capacidad de generación de 8.436 megawatts y un parque eólico en Oaxaca con capacidad de 103 megawatts.

La compañía notificó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, supervisor bursátil español, que se concluyó la operación luego de la obtención de autorizaciones, lo cual resulta benéfico para Iberdrola, toda vez que “descarbonizó su portafolio en México”, manifestó Gonzalo Monroy, experto en temas energéticos.

Explicó que las plantas no van a entrar en operación porque requieren mantenimiento preventivo y correctivo, ya que muchas de ellas están por volverse obsoletas; no se trata de la nacionalización de la energía, toda vez que será Mexico Infrastructure Partners (MIP) el responsable de los activos; por lo que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no recibirá las ganancias.

A la voz del especialista se sumó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), el cual, tras el anuncio de la adquisición de las plantas de Iberdrola, manifestó que la transacción no se traduciría en más electricidad; por el contrario, puede resultar en una situación de insolvencia, por los recursos que se requieren para el mantenimiento.

A esta problemática se suma que el Gobierno Federal recurrirá a las Afores, fondos de pensiones y otros inversionistas institucionales como el Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN) para cubrir el costo de la inversión de compra que rebasa los seis mil 200 millones de dólares, según la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), esto con el fin de no incrementar la deuda pública.