El nearshoring puede entenderse como la relocalización de una empresa con el objetivo de acortar las cadenas de suministro para tener mayor certidumbre respecto al abastecimiento de sus insumos, así como de establecerse cerca del país donde se encuentra su mercado final. Este fenómeno comenzó a tomar relevancia en los últimos años, principalmente, por la guerra comercial entre Estados Unidos (EE. UU.) y China, la pandemia de covid-19 y la guerra en Ucrania. Estos elementos generan incertidumbre en el abastecimiento de insumos y aumento de costos en la venta del producto al eslabón posterior en la cadena productiva. En 2023 se dio un desplazamiento grande de capitales extranjeros de la producción hacia México, buscando beneficiarse de la cercanía con EE. UU.; en diciembre del año pasado se hablaba de la llegada de 40 mil millones de dólares por nearshoring.

Muchos especialistas anunciaron que este fenómeno era ventajoso para los mexicanos, puesto que generaría mayor número de empleos e impulsaría el desarrollo de la industria. Sin embargo, es importante acercar más la lupa para ver qué tanto realmente puede ayudar la inversión extranjera a la economía nacional. A decir del representante de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, más del 90 por ciento de los empleos creados por nearshoring corresponde a empresas maquiladoras. La industria maquiladora se caracteriza por importar la mayor parte de sus insumos para maquilar el producto y enviarlo al extranjero para su venta, y porque generalmente realizan actividades con baja densidad de capital, es decir, emplean bajos niveles de capital por trabajador empleado. Podemos imaginarnos, por tanto, que sería casi imposible que estas empresas generen encadenamientos productivos hacia atrás y hacia delante, por lo que no arrastrarían positivamente a la industria nacional, como reza la teoría económica convencional. Es decir, que las empresas extranjeras exportadoras estarán aisladas, como ya lo hacen, del resto de los sectores productivos nacionales. 

Así también, es importante señalar que las empresas que arriban por nearshoring, al estar insertas en eslabones de la cadena junto con otras empresas extranjeras, tienden a cambiar de decisiones que tienen que ver con la organización de la producción, dependiendo de lo que pasa en otros países extranjeros, sin tomar en cuenta las afectaciones al país receptor. Esto tiene efectos negativos porque el Estado mexicano no puede intervenir, dado que no existen regulaciones a la Inversión Extranjera Directa en México. Por ejemplo, recientemente el vicepresidente nacional de Maquiladoras y Franjas Fronterizas de la Canacintra, Thor Salayandía, declaró para Forbes que la industria maquiladora de la frontera norte venía enfrentando disminuciones en el nivel de empleo desde julio de 2023: en Chihuahua, 22 mil 500 empleos; dos mil 600 en Baja California; cuatro mil 400 en Coahuila; y en Tamaulipas cuatro mil 600. Si bien se crearon empleos en Sonora (400) y en Nuevo León (10 mil 400), hay una pérdida neta de 23 mil empleos. Entre las posibles causas, el vicepresidente menciona la disminución de las exportaciones provocadas por las inspecciones migratorias de Texas (detuvieron alrededor de 19 mil camiones con mercancías por valor de mil 900 millones de dólares de productos entre septiembre y octubre); la huelga que se dio en septiembre en “Tres Grandes” automotrices (General Motors, Ford y Fiat); y la caída del consumo productivo en EE. UU.. 

Desde antes ya se habían hecho recortes de personal por la disminución de gastos de las empresas en Ciudad Juárez y Tijuana. Esto evidencia que el empleo, en particular en México, está a merced de la cambiante toma de decisiones de las empresas extranjeras, que a su vez dependen de lo que ocurre en los otros países donde se encuentra el resto de la cadena productiva. Es necesario acotar que esto es lo que ha ocurrido en la frontera; sin embargo, hay otras empresas que anunciaron que se instalarían en la Ciudad de México, en el Estado de México y en Hidalgo.

En conclusión, es necesario poner en sus justos términos los beneficios que pueden generar los procesos de nearshoring. El Estado mexicano es el que debe realizar las políticas pertinentes para que esa inversión extranjera sea útil a la economía nacional y a sus ciudadanos, porque hasta el momento el alto volumen de ésta no se ha traducido en desarrollo.