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La falta de agua en la Ciudad de México no sólo se limita al Sistema Cutzamala, sino que existe un problema mayor: la extracción del agua del subsuelo que, al no ser visible, no se le dimensiona de la manera adecuada, señaló Manuel Perló, integrante del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Perló recordó que la mayor cantidad de agua con que se alimenta la capital del país proviene de debajo de la tierra, pero si no se toman las acciones necesarias para regenerar los mantos acuíferos, en menos de cuatro décadas este recurso ya no estará disponible.
“La llamo ‘silenciosa’, porque no es visible como cuando el nivel de las presas nos dice ya no hay agua, o un río se secó, se contaminó o desapareció, pero aquí no podemos ver con el mismo dramatismo la catástrofe que está ocurriendo realmente", alertó.
Datos del Sistema de Aguas de la Ciudad de México señalan que el 66.3% del agua proviene de acuíferos, 25.5% del sistema Cutzamala, 6.3% del sistema Lerma y 1.8% de la presa Madín y manantiales.
El investigador universitario destacó que debido a la alta demanda del agua del subsuelo es indispensable encontrar y llevar a cabo mecanismos para tener una mejor utilización del líquido, ya que el sobreexplotar los mantos acuíferos también genera otros problemas.
“La extracción desmedida de agua produce hundimientos en el subsuelo y problemas de intrusión de agua de mar en aquellos acuíferos que están muy cercanos a la costa, el agua se vuelve salina y ya no es apta para consumo humano”, indicó.
Además,