Me aparto momentáneamente de la crítica y reseña cinematográfica para abordar esa brillante lección de inteligencia geopolítica y visión histórica que mostró el presidente ruso Vladimir Putin en la reciente entrevista que le hizo el periodista estadounidense Tucker Carlson:
–¿Quién hizo explotar el gasoducto Nord Stream 2?, preguntó el afamado periodista norteamericano al presidente de Rusia.
–Fueron ustedes. Contestó el presidente de Rusia.
–Pero yo no estuve ahí. Reviró Carlson, quien al ver la agilidad mental y contundencia de Putin, volvió a los cuestionamientos agudos hacia el presidente ruso:
–Pero, si ustedes saben quién hizo explotar el gasoducto, ¿por qué no lo han denunciado ante la opinión pública mundial?
–Porque es tal el control de los medios corporativos de comunicación de Occidente que terminarían por imponer sus puntos de vista.
La entrevista, que duró más de dos horas, permitió a Vladimir Putin dar una explicación amplia y documentada sobre los orígenes históricos y el desarrollo de las dos naciones en conflicto (Ucrania y Rusia), dejando claro que en el nacimiento de Rusia –Siglo IX–, Ucrania era parte del Estado ruso y que han sido las intervenciones de otros Estados, fundamentalmente europeos occidentales, los promotores de la división, pues han urdido y ejecutado toda una serie de acciones para lograr que Ucrania esté separada de Rusia.
Después de que se creara la vieja Rus, se formó un Estado centralizado que tuvo a Moscú como su capital en la parte Norte y oriental de Ucrania, las cuales desde entonces pertenecieron a Rusia; y la parte occidental y parte del sur estaban controladas por el Gran Ducado de Lituania, que después se unió al reinado de Polonia. Sin embargo, durante el reinado de Catalina II, las partes que estaban controladas por Polonia, dados el maltrato hacia la población del occidente y sur de esa región (cuyos límites eran la orilla derecha del río Dnieper) por parte de la clase dominante polaca, pasaron de nuevo a formar parte de Rusia. Poco antes de la Primera Guerra Mundial, la burguesía austriaca comenzó a promover en la población de esas regiones la idea de una Ucrania independiente (con el claro propósito de debilitar a Rusia, creando división en la región. Durante la era de la Unión Soviética, Ucrania formó parte de ese gran conglomerado de Repúblicas que estaban dirigidas por el poder soviético, el poder de los trabajadores. Pero con la invasión del ejército alemán a la URSS durante la Segunda Guerra Mundial, una vez más, los mayores carniceros que ha conocido la humanidad, los nazis dirigidos por la burguesía alemana y apoyados por los imperialistas de otras latitudes, promovieron el nacionalismo ucraniano, la idea de que una parte de la población ucraniana no era de origen eslavo, sino escandinavo, por lo que no debían estar “sometidos” por los asiáticos (rusos étnicos).
Putin va dejando claro en esta entrevista que durante siglos las clases dominantes y explotadoras de Europa han querido separar a Ucrania y “ucranizar” a la población. En ese contexto, en el año 2014, Estados Unidos organizó a los nazis ucranianos para dar un golpe de Estado y quitar a Víctor Yanukovich, un presidente que tenía buenas relaciones con Rusia y que estaba de acuerdo en que Ucrania se uniera a la Unión Europea (UE). Con ese golpe de Estado se instaló un régimen que no sólo buscaba que Ucrania perteneciera a la UE, sino que el territorio ucraniano formara parte de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y así esta organización militar occidental emplazara cohetes nucleares para acorralar a la Federación Rusa; por tanto, la agresión no fue de Rusia hacia Ucrania; la agresión fue de Estados Unidos y sus acólitos europeos a Rusia, utilizando a los que han sido sus títeres y que han llevado a que los ucranianos sean carne de cañón al servicio del imperialismo occidental.