De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de inflación general se incrementó al pasar de 4.66 por ciento en diciembre de 2023 a 4.88 por ciento en enero de 2024, lo cual provocó una acumulación de tres meses consecutivos en ascenso del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Asimismo, el INEGI reportó que la inflación subyacente (empleada para medir la trayectoria de los precios porque elimina productos de alta volatilidad) descendió a 4.76 por ciento, su nivel más bajo desde julio de 2021, dichas cifras permiten reforzar las expectativas de que el Banco de México (Banxico) recortaría la tasa clave de interés en los próximos meses.
El producto con mayor incremento a tasa anual y que alcanzó hasta tres dígitos fue la cebolla con 145.62 por ciento, lo cual afectó directamente los bolsillos de los mexicanos, ya que se trata de un alimento básico.
Además de la cebolla, los productos que también elevaron su costo en la cuesta de enero fueron: jitomate con 63.52 por ciento, tomate verde con 51.69; chile poblano con 43.78 por ciento; chayote con 39.76, el azúcar con 35.23 puntos porcentuales.
Los nopales, la zanahoria, la calabacita y el frijol también incrementaron sus costos en un 32.65, 31.36, 23.05 y 20.58 por ciento, respectivamente.
Por su parte, el director para América Latina de Moody's Analytics, Alfredo Coutiño, externó su preocupación por la inflación pronunciada que enfrentan los mexicanos: "Lo preocupante es la pérdida de velocidad en el proceso de reducción de las dos inflaciones (general y subyacente)”.
Concluyó que “esto implica una resistencia inflacionaria cada vez mayor; por lo que el esfuerzo para poder acercar el índice general de inflación hacia un 4 por ciento al final del año requiere de la persistencia para no bajar la guardia monetaria prematuramente. Un movimiento monetario prematuro puede desanclar expectativas".