En números anteriores, varios analistas, expertos en seguridad pública, especialistas en política electoral e investigadores de organizaciones civiles han hablado en este semanario acerca de las consecuencias que podrían acarrear sobre la población mexicana dos factores de inestabilidad, división y enfrentamiento: la polarización social fomentada por los más altos funcionarios de gobierno, comenzando por el Presidente de la República, a través de ataques sistemáticos contra todos aquellos que expresan opiniones contrarias a la política del gobierno de la “Cuarta Transformación”.

El segundo factor de polarización es la intención del gobierno actual de llevar al triunfo, cueste lo que cueste, al partido oficial en las elecciones de este año.

Esta semana, los expertos en estos temas se refieren a otros fenómenos ligados a esta polarización y a la intromisión del Gobierno Federal para dar continuidad a su partido, es decir, a la intervención ilegal en un proceso electoral en el que se renovarán prácticamente todos los puestos públicos en los tres órdenes de gobierno.

Estos fenómenos son, en primer lugar, la violencia ejercida por bandas criminales, que se han empoderado en zonas enteras del país. Influye, en segundo lugar, la confrontación del jefe del Poder Ejecutivo con el Poder Judicial y los órganos constitucionalmente autónomos.

Un tercer fenómeno, quizás el más grave, es la “normalización” del clima de violencia, de los homicidios, asaltos, asesinatos, secuestros y extorsiones que están a la orden del día y a los que se han ido acostumbrando los ciudadanos. También se menciona un fenómeno preocupante: la indiferencia oficial ante el gran número de denuncias por parte de las víctimas y sus familias, que llega al extremo de revictimizarlas, así como el maquillaje de las cifras para minimizar el problema, ocultando los datos sobre violencia e inseguridad pública.

Todos estos fenómenos que se conjugan y se han venido presentando desde hace años se agudizaron en el presente sexenio y representan la mayor amenaza en este año electoral. Los analistas, basándose en datos estadísticos e investigaciones publicadas, aseguran que el sexenio actual resultó más violento que los dos anteriores en lo que se refiere al número de homicidios, y que la polarización social ha creado condiciones para que éste sea un año electoral en el que la violencia y el crimen se incrementen. Los investigadores y analistas parecen haber acertado: durante el primer mes de 2024, el número de hechos violentos se ha extendido por todo el país.