El saqueo trasnacional de recursos naturales
Recursos indispensables para la vida, como el agua y la tierra, se han convertido en mercancías, en valores que se juegan en la bolsa junto a los metales preciosos y el petróleo.
Redacción
El imperialismo y sus gobiernos son ciegos ante las necesidades y los problemas de los países pobres; tampoco ven ni les importan las consecuencias que a corto y largo plazo vayan a acarrear sus acciones de saqueo y explotación a otros grupos humanos. Pero si no ven, o no les importa, lo que vayan a sufrir los habitantes de los países saqueados, sí tienen una clara visión de que el agotamiento de los recursos no renovables afectará sus intereses, disminuirá sus ganancias y se extinguirán sus fuentes de enriquecimiento. Tal preocupación se trasluce en acciones como las que realizan guardias blancas o fuerzas militares estadounidenses, custodiando tierras de cultivo, zonas mineras, acuíferos y bosques en América Latina, África y Asia Central; instalando bases militares en puntos estratégicos con el pretexto de que grupos terroristas pretenden apropiárselos.
Estudios serios de organizaciones internacionales, analistas y expertos en geopolítica ponen sobre aviso a la humanidad acerca de la sobreexplotación de recursos naturales que, a partir de este año, sufrirán los pueblos más pobres, los países en desarrollo, pero sobre todo los de África y América Latina, blancos de la codicia del imperialismo y de sus corporativos. Recursos indispensables para la vida, como el agua y la tierra, se han convertido en mercancías, en valores que se juegan en la bolsa junto a los metales preciosos y el petróleo.
La depredación, que está en la esencia del imperialismo, no es nada nuevo y hace más de un siglo que se viene perfeccionando con los avances científicos y tecnológicos; sin embargo, existen varios factores que mueven a los países imperialistas a proponerse, en el plazo inmediato, intensificar la explotación y asegurar la posesión de los yacimientos naturales del mundo, sin importarles si pertenecen a otros grupos humanos; su ambición los impulsa a idear formas refinadas para el despojo, el engaño y la violencia.
Pero la economía globalizada, el mundo unipolar, sueño de los imperialistas, no se realiza como ellos quisieran. La tendencia multipolar se desarrolla y el país imperialista más fuerte se debilita; otros bloques capitalistas le compiten; países socialistas se le enfrentan y le arrebatan mercados; y naciones emergentes encuentran nuevas vías para desarrollarse y proteger sus recursos naturales, amenazados con el agotamiento. Mientras la demanda de materias primas y alimentos se incrementa, la oferta disminuye y el imperialismo opta por el robo, el uso de la fuerza, promueve enfrentamientos regionales y no duda en recurrir a la intervención militar.
De esta amenaza general contra los pueblos del mundo, de los hechos que la confirman y el análisis del fenómeno habla nuestro Reporte Especial.
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